Jose Antonio Plancarte y Labastida
José Antonio Plancarte y Labastida, fue el décimo hijo del matrimonio entre Francisco Plancarte Arceo y Gertrudis de Labastida y Dávalos. No nació en Zamora como sus demás hermanos, por un viaje incidental de su madre a causa de una enfermedad, nació en la Ciudad de México el 23 de Diciembre de 1840.
Terminada su instrucción Primaria, ingresó al Seminario de Morelia el 15 de enero de 1852 en donde ya estaban sus hermanos y del que era Rector su tío, D. Pelagio de Labastida y Dávalos, hermano de su mamá, en noviembre de 1860 le escribió a su tío el Obispo para decirle que había decidido estudiar Teología y ser sacerdote.
De este modo, José Antonio dejó Oscott y se trasladó a Roma por consejo del Cardenal Wisemman e ingresó a la Academia Eclesiástica para Nobles. A fines de ese año (1861), acompañó a su tío el Obispo, en su peregrinación a Jerusalén y demás lugares de Tierra Santa.
El 25 de marzo de 1865, fiesta de la Anunciación de Nuestra Señora, recibió en Tíboli, en la Iglesia de la Misión, la Tonsura y las Órdenes menores; el 1° de abril fue la ordenación de Subdiácono; el 28 de mayo, el mes de María, el mes de su vocación al Sacerdocio, recibió el Diaconado; el domingo 11 de junio, fiesta de la Santísima Trinidad, le fue finalmente conferido el Sacerdocio y el martes 13 de junio, fiesta de su Santo Patrono, San Antonio de Padua, celebró su primera Misa sobre el sepulcro de San Luis Gonzaga, en la Iglesia de San Ignacio, en Roma
El 11 de octubre salió de Roma para México, desembarcando en Veracruz el 27 del mismo mes. Después de dos años de trabajo intenso en Jacona fue nombrado Cura Párroco de aquel lugar el 18 de mayo de 1867,.
Como su preocupación era la educación de la niñez y juventud, el 8 de septiembre de ese mismo año 1867, empezó a reedificar unas ruinas contiguas al Santuario de la Virgen de la Esperanza, con el fin de levantar ahí un Colegio. El 12 de noviembre de ese mismo año fue inaugurado el “Colegio Parroquial de Guadalupe” para niñas. Una maestra y 17 niñas fue el principio de una de las más grandes obras del Padre Plancarte; a este Colegio se le cambio más tarde el nombre por el de “La Purísima Concepción”. Al día de hoy lleva el nombre de Colegio Antonio Plancarte y está cumpliendo 150 años de fundación.
El Padre Plancarte se empleaba también en benéfica labor social y en obras de materiales de que iba dotando al pueblo:
empedró la calle principal, acondicionó la plaza, etc.; su proyecto de fundar un colegio para niños que finalmente inauguró el 8 de septiembre de 1873 con el nombre de “San Luis Gonzaga”. Los alumnos fundadores de este colegio fueron nueve: uno de los principales colaboradores del Padre en su obra educativa, fue el entonces joven seminarista José Mora y del Río, que años más tarde fuera Arzobispo de México
En México aún no surgían Congregaciones religiosas propiamente mexicanas, pero las necesidades mismas de las obras del Padre hicieron nacer una Familia Religiosa; las maestras que el Padre Plancarte, desde la fundación del primer colegio, había ido formando, tanto científica como espiritualmente, formaban un grupo que ya pedía ser organizado como Congregación Religiosa netamente mexicana y que se adaptara a las circunstancias del país. Consultó el caso con varios Prelados que aplaudieron la idea y por último aprovechando su estancia en Roma, comunicó todos sus proyectos al Santo Padre quien lo animó a emprender una obra tan necesaria en nuestra patria. Así fue como entre los fundadores de familias religiosas, el primero de origen mexicano fue el Padre Plancarte, y este sólo mérito, nada común, bastaría para perpetuar su memoria.
El 29 de julio del mismo año comenzó a leer y comentar las Reglas al grupo de jóvenes con las cuales pensaba dar comienzo a su Congregación. El 8 de diciembre, quedaron admitidas 10 jóvenes (de las cuales tres no perseveraron) y con esto se dio principio a la fundación.
Emprendedor infatigable y adelantándose a su época, concibió la idea de construir un ferrocarril que uniera a Jacona con Zamora; en esa época 1878, estaba el país desprovisto de vías de comunicación; sólo existía una vía férrea, la del ferrocarril mexicano que unía a la capital de la República con Veracruz; el Padre Plancarte construye el 6 de diciembre el primer ferrocarril de Michoacán y el segundo de toda la República.
El 21 de mayo de 1882 por disposición superior entregó la Parroquia de Jacona, dejando de ser el Cura de ese pueblo, quince años había sido el bienamado Cura de Jacona. Pero aun así, el Padre Plancarte siguió impulsando sus obras; sus colegios iban en auge. El Colegio de la Purísima para niñas y el de San Luis para niños contaba con numeroso alumnado procedente de distintas partes. Estos colegios estaban organizados al estilo Europeo, dotados
de los más modernos aparatos científicos y observatorio astronómico; sus sistemas de enseñanza era de lo más moderno y eficiente. Así mismo el colegio gratuito Asilo de San Antonio, daba educación a un gran número de niñas.
Otro gran acontecimiento de esa época 1885, obra también del Padre Plancarte, fue la coronación de Nuestra Señora de la Esperanza en Jacona. Hasta entonces ninguna imagen de la Virgen María había recibido tal honor en el Continente Americano. La idea nació del Padre Miguel Plancarte, sobrino del Sr. Cura, quien hallándose en Roma y siendo muy devoto de la Virgen de la Esperanza, concibió la idea, para lo cual empezó a hacer algunas gestiones ante la Santa Sede y desde luego, comunicó su pensamiento al Padre Plancarte; la gracia fue concebida por la Santa Sede y el Santo Padre nombró al Excmo. Sr. Labastida, Arzobispo de México, como su Delegado para hacer la coronación.
Las persecuciones de que fueron objeto tanto el Padre Plancarte como sus obras fundadas en Jacona, lo hicieron emigrar a la Ciudad de México, trasladando ahí su Congregación y sus colegios. Sin embargo el Padre no dejó sin prenda de su cariño a Jacona, dejando el Asilo de San Antonio.
Instalado definitivamente en México, con más bríos, sigue desarrollando su espíritu emprendedor; lo primero que ocupó su actividad fue la instalación de sus colegios y de la Congregación; el 12 de mayo de 1884, salieron las religiosas de Jacona a las nuevas instalaciones en Tacuba, tomando posesión de su nueva casa el 19 de mayo; la primera en el Arzobispado de México.
La Congregación crecía en México y en vista de lo sucedido, el fundador resolvió pedir oficialmente la aprobación del Reglamento y erección canónica de la Congregación en el Arzobispado de México; siendo el 19 de septiembre de 1885 cuando el Sr. Arzobispo, dio el Decreto de Aprobación y desde entonces empezaron a llamarse Hijas de María Inmaculada de Guadalupe, para que el In stituto quedara bajo la protección de la Virgen del Tepeyac, pues hasta aquella fecha se habían llamado Hijas de María Inmaculada.
El Sr. Labastida conociendo los ideales de su sobrino José Antonio le dio la tarea de Visitador de los colegios y escuelas católicas y la dirección del Colegio Clerical de San José, fundado hacia unos diez años por el M. R. P. Vilaseca, Fundador de los Padres Josefinos. El personal del colegio fue trasladado, al exconvento de San Joaquín, cerca de Tacuba; poco tiempo después el Padre Plancarte unió en un solo colegio el de Jacona y el de Tacuba, trayendo a éste profesores y alumnos del de San Luis. De manera que pronto logró que todo el profesorado fuera hechura de sus manos,
perfectamente identificados con sus ideales. Así se comprende que durante el rectorado del Padre Plancarte, el Colegio Clerical de San Joaquín, haya dado a la Iglesia un buen número de sacerdotes virtuosos e instruidos; así que a la
muerte del Sr. Labastida, su sucesor, a instancia de sus colaboradores, suprimió el colegio de San Joaquín el 27 de febrero de 1892.
El 26 de abril de 1898 a las seis y cinco de la mañana dejó de existir nuestro Padre Fundador José Antonio Plancarte y Labastida. En 1961 sus restos fueron colocados en la base de la estatua de mármol del Abad Plancarte y Labastida, que se encuentra en la entrada de la nave derecha de la Antigua Basílica
